Las personas con una baja autoestima tienden a focalizar toda su atención en todos los aspectos negativos de su propia persona y en los aspectos positivos de las otras. Esta forma de "ver el mundo" les produce un gran sufrimiento, ya que siempre se consideran en desventaja con los demás, produciéndose un círculo vicioso de devaluación propia - sobrevaloración ajena - bajada de autoestima.
De la misma manera minimizan sus cualidades, ya que en ellas no se comparan, dejándolas en un segundo plano o incluso negándolas.
A la hora de trabajar con las personas que tienen esta forma de compararse con los demás, es importante que aprendan a realizar una valoración realista de las otras personas, como primer paso, no centrándose en un detalle saliente en exclusiva, sino en el conjunto de la persona.
Es importante también que exploren sus propias cualidades y se hagan conscientes de ellas.
Mediante técnicas de reestructuración cognitiva aplicadas a este tipo de distorsiones, se reconduce a la persona a ir potenciando sus cualidades, manejando lo que consideran sus puntos débiles, ya que en ocasiones se rinden antes de iniciar una lucha de superación, e ir paulatinamente descentrándoles del hábito de la comparación, una vez que descubren que este tipo de comparaciones es un trampa psicológica, al sobrevalorar los aspectos de otras personas simplemente por un detalle.